¡Haz lo que amas!
La mayoría de las veces me levanto temprano, luego del aseo cotidiano, me conecto con la tecnología, enciendo el móvil y la televisión, a través de estos me llegan las noticias del día. La mayoría de las veces, se nos informa de los hechos criminales, corrupción, asesinatos, robos, hurtos, estados de embriaguez que generan hechos ilícitos y mucho dolor… en esos mismos noticieros nos cuentan, los hechos y las causas, celos, exceso de alcohol, personas inadaptadas, sin embargo nadie habla de la responsabilidad de las personas que educaron a esos presuntos delincuentes, nadie habla de cómo los medios de comunicación, incitan a la violencia; simplemente vamos a los hechos y se castiga duramente a la persona que cometió el delito.
La invitación que deseo hacerle, es un poco extraña, le invito a hablar, charlar, escuchar a un presunto delincuente, hable del amor, de las caricias, hable de los padres, hable de los afectos, se sorprenderá de las respuestas; y es que las cárceles están llenas de vacíos, vacíos de afecto, vacíos de “escúchame”, vacíos de ternura, vacíos de agrado y por el contrario están llenas de odio, tristeza, soledad, falta de reconocimiento, están llenas de gritos y humillación, además están llenas de irresponsabilidad de hombres y mujeres que no asumieron su papel en su historia, o quizá si, ese es su papel, ineptitud para asumir su ahora que crea su futuro.
Cuando hablamos en entrañable franqueza con otra persona, y nos centramos en como fue su educación, nos encontramos una larga lista de sufrimientos, castigos, humillaciones, vergüenzas propinados, en el mejor de los casos, por la persona que dice amarnos, Papá o Mamá, cada insulto, cada gesto, cada maltrato, se graba a fuego en nuestra psique, y esa grabación queda deambulando en nuestro cerebro esperando salir y realizar su acción, pensamiento y sentimiento, si amigo lector, usted es el resultado de los pensamientos, sentimientos, acciones, miedos, aciertos y desaciertos de las personas que nos moldearon o nos educaron, podemos decir que en nuestro cerebro tenemos mucho de todos y poco, muy poco de nosotros. La conclusión es desbastadora, en el hogar o en la casa, se gestan los más brillantes genios o los más perversos delincuentes, y los programadores de cada uno de nosotros, usted y yo, son las acciones y sentimientos de las personas que nos educaron.
Creo y siento a la familia como la simiente que es capaz de cambiar el mundo, las mas grandes renovaciones en el mundo, primero fueron incubadas en la familia, siento a la familia como ese bastión inexpugnable que repele cualquier miseria humana, siento a la familia como el mas importante centro formador de valores y servicio, lo que se aprende en la familia marca el futuro del ser humano, lo que no se aprende en familia, difícilmente se asimila en la adultez.
Continuamente escucho escusas respecto a la educación de los niños y a como los estamos formando
Así me educaron a mí…
Los niños no entienden…
Son cosas que se dicen…
Yo soy así, y no voy a cambiar…
Es una tradición…
Le golpeo hoy, para no tener que sufrir mañana…
Es que no lo aguanto…
Me tiene loca…
Ese muchacho es un bruto…
Soy su papá, yo le di la vida y yo se la puedo quitar…
Los hombres no lloran…
Se me come todo o le pego…
Deje ahí que yo lavo…
Quite de ahí, no ve que estorba…
Usted si es bruto…
No toques, eso es caca…
Ahí viene el coco…
Siembra para que coseches, es inevitable, todo lo que sembremos en la vida lo vamos a comer en algún momento, no importa si lo que sembraste, es bueno o menos bueno, lo vamos a saborear en algún momento, nosotros somos el resultado de nuestra propia vida. El refranero popular dice "siembra viento y cosecha tempestades”, verdad sencilla pero contundente.
Somos agricultores de la vida, la siembra son las decisiones que tomamos y la cosecha los resultados de esas decisiones, si en tu ancianidad estas solo amargado, enfermo, pues mira tu pasado, allí encontraras las causas de cada uno de tus males; como esperas que tu hijo este a tu lado cuando les gritaste y les dijiste “no molestes, quítate, estoy ocupado, no tengo tiempo, estoy cansado, cállate” ahora tu cosecha es de soledad, desprecio, encierro, haz de aprender lo que se siente en carne propia, lo que le hiciste a los demás. En cada paso de nuestra vida vamos construyendo nuestro epitafio.
La familia mundial ha evolucionado, vemos como ahora los papás cambian pañales, llevan a sus pequeños a la escuela, preparan teteros, esto es evolución, hombres que asumen su responsabilidad, esos son los verdaderos hombres los que asumen su respuestas, que tienen los hijos que pueden moldear y además aman, respetan y veneran a su compañera de vida.
Se educa con el ejemplo no con el verbo, este ultimo, tiene un gran poder, reforzar lo que el niño ve. Las incoherencia que hacemos los adultos son múltiples y cotidianas, parece que ser incongruentes forma parte de nuestra cultura, ya no nos sorprende, es normal, pensamos algo, sentimos otra cosa y hacemos otra y al final nos damos cuenta que eso no era lo que queríamos, eso lo ven los niños y lo copian tal cual, los niños son hojas en blanco en donde escribimos, son arcilla o masilla que nosotros como adultos moldeamos cual orfebre u artesano para hacer una gran obra de arte, pero ¿Cómo?, la respuesta es despertar, hacerse consientes y responsables de nuestras conductas, pensamientos y sentimientos.
Luis Cárdenas
Mentor de Familia
@Luis_cardenas_tv
sirioradiodigital.blogspot.com
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