Hoy, me senté en un mullido sillón a recordar cuando miraba la televisión y veía como los noticiarios proclamaban a los cuatro vientos que: “la venezolana ganó el mis universo”, escuchaba casi con asombro los comentarios del conductor de un programa, al decir que las “cualidades de la representante de Venezuela” le había dado el triunfo, es decir 90, 60,90. Y yo me pregunto, es que solo la mujer venezolana se le puede evaluar por tres números, eso es violencia de género.
Desde que el mundo es mundo, hemos leído como a la mujer se le ha torturado, victimisado, atormentado, ridiculizado, marginado, violentado desde todos los puntos de vista que se quiera ver, y hoy más que nunca, se le manipula a través de los medios de comunicación para crear un producto de desecho el cual la sociedad pueda manejar a su antojo.
Esa sociedad impuso el nefasto paradigma de: “El orden natural de las cosas”, desde esa perspectiva, las cosas han sido, son y serán siempre de una forma y no se admiten cambios ni renovaciones. Este vetusto e inmoral pensamiento crea las condiciones necesarias para que el hombre justifique las mas diversas formas de violencia hacia la mujer, veamos algunas creativas formas: Violencia Psicológica, perversa conducta mediante la cual, a la mujer, se le somete a aguantar conductas humillantes y deshonrosas de comparación, además se abandona y tira como lastre cuando ya no tiene las medidas antes descritas, es sometida al aislamiento y celotipia, que no es otra cosas que ataques de celos por parte de su pareja.
Otra forma de violencia no mencionada muy a menudo es: el acoso y el hostigamiento, esta forma de conducta es muy antigua y la encontramos cuando se persigue, cuando se interceptan llamadas telefónicas, cuando se expresan palabras, gestos y chantajes, además se vigila y violenta el libre albedrío de la mujer.
Otras formas de violencia, y solo las mencionaremos son: Las amenazas, la violencia física, domestica, sexual, laboral, obstétrica, mediática, la esclavitud sexual, el acoso sexual, acceso carnal violento, prostitución forzada, esterilización forzada, tráfico de mujeres, trata de mujeres y sigue la lista, lamentablemente es muy largo el río de dolor y sangre que generan estas formas abominables de conducta que hoy, entrado el siglo XXI aún continúa inoculado en nuestra psique y lo peor es que las aceptamos porque pensamos que es “el orden natural de las cosas”.
Al irnos adentrando en estas monstruosas formas de conductas sentimos repulsión y culpa al sentir que quien suscribe también actuó bajo este paradigma. Y es que nos cuesta deslastrarnos de una educación fundamentalmente machista en donde nos enseñaron que la mujer esta al servicio del hombre y que cuando nos casamos vemos a la esposa como una prolongación de nuestra madre la cual esta obligada a lavar hasta la ropa interior; cuan equivocados y ciegos hemos estado. Afortunadamente para la evolución de la humanidad, una gran mayoría de las mujeres y algunos hombres despertaron de la pesadilla machista impuesta y abaladas hasta por las religiones.
En esta nueva mañana del siglo de la renovación, podemos observar el ejercito de la luz que persigue los rallos del sol para ver las cosas con prístina nitidez, sentimos que estamos en el albor de una profunda elevación del nivel de conciencia de la población mundial, venezolana y tachirense, las formas de pensamiento que generaron conductas lascivas a la dignidad del ser humano son borradas por siembras de dignidad, decoro y vergüenza las cuales nos guiaran inevitablemente a una cosecha de pundonor, vergüenza, honradez, igualdad, a un mundo mejor donde los valores humanos sean nuestra guía.
Para sus comentarios me pueden escribir a: elartesanodelasalud@gmail.com
Luis A. Cárdenas A.
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